El 2 de diciembre de
2002 trabajadores de la industria petrolera nacional abandonaron sus cargos de
manera indefinida, la flota marítima petrolera se declaró en rebeldía y fondeó
varios buques de carga, negándose a llevar el crudo a las refinerías.
La única refinería que
resistió los embates de todo este sabotaje petrolero fue la heroica refinería
de Puerto La Cruz.
El comandante Chávez reconoció
la labor heroica de los trabajadores petroleros de Puerto La Cruz, quienes
quebraron el paro y les otorgó la orden Libertador Simón Bolívar en su primera
clase, la orden Francisco de Miranda, orden mérito al trabajo y la orden
Antonio José de Sucre.
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